lunes, 26 de octubre de 2015




PARÁLISIS

 PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO




La parálisis es la pérdida parcial o total de la capacidad de movimiento de una o más partes del cuerpo, generalmente provocadas por una lesión nerviosa en el cerebro o en la médula espinal. Dicha lesión interrumpe la transmisión normal de los mensajes entre el cerebro y los músculos, afectando las funciones musculares.
Cuando la parálisis afecta a ambas piernas se denomina paraplejia, y cuando involucra a brazos y piernas, cuadriplejia.

CAUSAS

Las causas más frecuentes de parálisis son debidas a derrames cerebrales o lesiones de la médula espinal (traumatismo o golpe en la cabeza o una fractura de cuello). También se involucran enfermedades nerviosas, como esclerosis lateral amiotrófica, enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Guillen – Barré, la parálisis de Bell, (que afecta a los músculos de la cara) la poliomielitis y otras.

Según el enfoque de la medicina biológico – naturista, la acumulación y estancamiento de residuos metabólicos (radicales ácidos libres o endotoxinas) en el espacio intersticial, “entre la célula y el capilar venoso” perpetuado e incrementado en el tiempo, origina fenómenos tales como: 

A) dificultad en la nutrición celular, (pues los radicales ácidos libres destruyen los nutrientes, impidiendo que el oxígeno llegue a las células, situación que impide la correcta función celular), 

B) una agresión física sobre el propio sistema celular, pues los residuos ácidos (ácido úrico, ácido oxálico, ácido carbónico, ácidos grasos, etc.) son cáusticos y logran quemar a la propia células; 

C) DEBILITAN Y DESTRUYEN A LOS CAPILARES PREDISPONIENDO A DERRAMES Y LESIONES EN DICHOS TEJIDOS, originando como resultado una parálisis si dichos ácidos comprometen a tejidos nerviosos, cerebro o médula espinal. Según este enfoque, la génesis de las parálisis (y de muchas otras patologías) comienza en un entorno celular saturado de desechos ácidos y tóxicos, que al mantenerse e incrementarse en el tiempo, afecta, debilita y corroe a toda la estructura de tejidos formados por células, vasos y capilares, generando derrames y lesiones tisulares, pues todo ácido es de naturaleza corrosiva.

Sumado a lo anterior, una parálisis, producto de una infección viral en tejidos débiles y dañados, al afectar la función muscular puede generar, por ejemplo, desde una pérdida del control de la vejiga, hasta debilidad de los músculos faciales o en su defecto afectar funciones musculares que pueden ser incluso hasta invalidantes.

FACTORES DE RIESGO DE PARÁLISIS

Factores predisponentes de riesgo de sufrir (con el tiempo) parálisis:

-       Desnutrición o estados carenciales
-       un organismo sobrecargado de tóxicos (radicales ácidos libres o endotoxinas)
-       sistema inmunológico débil
-       mononucleosis infecciosa (virus de Epstein Barr y citomegalovirus)
-       diabetes 
-       Infección del oído medio
-       infección por virus herpes
-  la enfermedad de Lyme (infección por garrapata que transmite la espiroqueta Borrelia burgdorferi)
-       deportes extremos

PARÁLISIS CEREBRAL

La parálisis cerebral es un grupo de desórdenes que afectan la capacidad de sostenerse o bien de moverse, ocasionada por daños en el cerebro o bien en nervios inflamados. Este daño puede ocurrir en el embarazo, durante el parto, o bien en los primeros días de la vida del niño. 

Lo fundamental, es la prevención.


EL CUIDADO PRENATAL

El cuidado prenatal adecuado debe enfocarse en prevenir un nacimiento prematuro, nacimiento con bajo peso, infecciones, todos factores que pueden provocar una parálisis cerebral. La madre no debe ingerir alcohol, fumar o tomar drogas durante el embarazo, pues aumentan el riesgo de partos prematuros y exponen al neonato a una parálisis cerebral. La rubeola o sarampión, la meningitis bacteriana en la niñez pueden ser causas de parálisis cerebral. Se debe proteger al niño de sufrir lesiones, a través del uso adecuado de asientos para bebés elevados en el automóvil, supervisar siempre a los niños en el parque de juegos, supervisar el uso de casco para montar bicicleta, son medidas vitales en la prevención de lesiones que pueden causar daño cerebral y parálisis.

PREVENCIÓN

La prevención de parálisis se enfoca en el control de factores de riesgo, entre los cuales debemos considerar la rubéola, posibles incompatibilidades sanguíneas en el embarazo, el sufrimiento fetal a través de la administración de antibióticos a la madre o intervenciones de mal manejo en el parto, tales como espátulas o fórceps. Las lesiones craneanas deben evitarse tomando medidas de seguridad, tales como uso de asientos especiales para bebés y niños en automóviles, uso de casco al andar en bicicleta, supervisión directa al bebé cuando se baña, etc. 
Modificar los estilos de vida negativos, evitar contaminantes ambientales potencialmente teratogénicos, educar sobre la necesidad de una buena nutrición y erradicar los hábitos tóxicos.

Para prevenir la discapacidad, resultado de una parálisis cerebral, es fundamental enfocarse en sus múltiples causas.

CUIDADOS ANTES DEL EMBARAZO

En la planificación del embarazo los padres deben ocuparse con antelación, mínimo dos años antes de producirse el embarazo, de “la depuración y nutrición adecuada de sus organismos”, (léase “terreno”) los cuales deben estar en condiciones óptimas en cuanto a nutrición se refiere y libre de sustancias tóxicas. Esto significa educar a la futura embarazada en cómo evitar condiciones de riesgo, tales como malnutrición, hábitos tóxicos,   necesidad de un descanso adecuado, etc., además de incorporar suplementos nutricionales tales como ácido fólico mínimo dos meses antes de quedar embarazada, calcio, magnesio, vitaminas B, ácidos grasos esenciales, etc.

EMBARAZO

Durante el embarazo se debe evaluar la curva del peso, tensión arterial, altura uterina, vitalidad del feto, etc.

Estas medidas son fundamentales en la prevención, pues las causas de discapacidad, (léase parálisis) se deben considerar factores, tanto nutricionales, como sustancias tóxicas, medicamentos, radiaciones, enfermedades infecciosas de la madre, (toxoplasmosis, citomegalovirus, sida o sistema inmunológico disminuido) diabetes, anemia, hipertensión, epilepsia, etc., y complicaciones propias del embarazo, como crecimiento intrauterino retardado, enfermedades de la placenta, que son situaciones que implican riesgo de discapacidad en el niño producto de parálisis.


PRECAUCIONES DURANTE EL PARTO

Durante el parto se deben tomar medidas precautorias pues una parálisis cerebral puede ser una consecuencia directa de complicaciones durante el mismo. Se debe también precaver el estrés que representa el parto para el niño, evitando en la medida de lo posible el uso de espátulas y fórceps, (por un mal empleo), asimismo extremar la prevención de infecciones neonatales del sistema respiratorio y nervioso y depresión del neonato producto de lesiones por déficit de oxigenación del sistema nervioso central.


ICTERICIA EN EL RECIÉN NACIDO

En el recién nacido se debe observar si hay señales de ictericia, pues este cuadro podría causar una parálisis cerebral. Síntomas tales como piel de color amarilla o naranja o esclerótica con tinte amarillento, inquietud, inapetencia, dificultad para despertar o evacuaciones poco frecuentes, son claras señales de ictericia.

Si observamos que el niño llora incontroladamente en un tono muy alto, el cuerpo se encorva, la cabeza y los talones están hacia atrás, el cuerpo hacia adelante, tiene movimientos extraños en los ojos, o si su cuerpo está debilitado, decaído o tieso, son signos de una emergencia médica. El niño debe ser llevado de inmediato a una clínica u hospital más cercano.

El recién nacido debe ser cuidadosamente revisado cada 8 a 12 horas en las primeras 48 horas de nacido y dos veces antes de los cinco días, para detectar ictericia, pues la parálisis cerebral puede desarrollarse antes de nacer o hasta un mes de nacido. Una de cada dos mil personas puede sufrir una parálisis cerebral, cuyas consecuencias pueden ser desde problemas de movilidad al retraso mental.
PARÁLISIS DE BELL
Otro tipo de parálisis es el que afecta al nervio facial que controla los músculos de la cara. Se denomina parálisis de Bell y se piensa que se debe a la inflamación de dicho nervio en el área donde atraviesa los huesos del cráneo. Dicha inflamación por lo general está asociada a infección por virus herpes, VIH, enfermedad de Lyme, (infección por garrapata) infección del oído medio o sarcoidosis, cuyos síntomas aparecen de forma repentina siendo similares a los de un resfriado. 
Éstos pueden presentarse solo en un lado de la cara, y pueden ser leves a graves provocando dificultad para cerrar un ojo, o dificultad para comer o beber, descolgamiento de la cara, babeo, cambios en la producción de saliva, resequedad en los ojos, boca seca, dolor de cabeza, pérdida del sentido del gusto, hiperacusia (audición más aguda) y/o dolor de oído


La homeopatía cuenta con insospechados tratamientos antitumorales 



Si se sospecha de un tumor cerebral se deberá tomar una tomografía computarizada de la cabeza o bien una resonancia magnética y una prueba de la conducción nerviosa.
Los síntomas, por lo general a menudo empiezan a mejorar (pues el organismo busca su homeostasis o equilibrio natural) pero deberán pasar algunas semanas o meses para que los músculos se fortalezcan.
Generalmente la medicina tradicional usa corticoesteroides para reducir la hinchazón alrededor del nervio facial, pero en mi concepto, los efectos secundarios pueden ser de cuidado (nefastos). Se debe descartar la cirugía pues no se ha comprobado su utilidad. Se debe usar solo antivirales naturales para combatir infecciones por virus. La L- lisina es un aminoácido indispensable, como también los hongos maitake, shitake y reishi.
En la mayoría de los casos la inflamación del nervio desaparece por completo al cabo de unas pocas semanas o meses. Si los síntomas mejoran al cabo de tres semanas, la recuperación de toda o la mayor parte de la fuerza en los músculos faciales son mayor. Los cambios en el sentido del gusto pueden estar presentes por algún tiempo, como asimismo espasmos de músculos o párpados o debilidad persistente en los músculos faciales.
POSIBLES COMPLICACIONES
Entre las complicaciones se debe evitar que se presenten úlceras o infecciones en los ojos, pues pueden llevar a una pérdida de visión. Si la cara cuelga presentándose además otros signos asociados preocupantes, el paciente requerirá una atención médica de urgencia donde el especialista descartará o constatará un posible accidente cerebrovascular.
PRECAUCIONES
-       El virus herpes simple puede ser transmitido a través de contacto sexual.
-       Evitar el contacto con pacientes infectados con el virus Epstein – Barr, causante de mononucleosis, (no usar mismo utensilios, vasos, contacto físico, etc.) por su relación con la parálisis facial de Bell.
-       La enfermedad de Lyme, causada por garrapatas, es otra infección relacionada con parálisis de Bell. Evite acampar o caminar en zonas boscosas.
-       Si practica un deporte extremo proteja bien su cara y cabeza. Un golpe fuerte puede provocar parálisis facial.
-       Levante las manos varias veces y luego realice ejercicio “abrazándose a Ud. mismo” con frecuencia para movilizar las linfas y prevenir resfriados y gripe, factores de riesgo de parálisis facial de Bell.

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN NATURAL

En la terapéutica preventiva el tratamiento Biológico - Naturista busca estimular y fortalecer el sistema inmunológico con el fin de aumentar la inmunidad y proteger contra las infecciones. Limpiar o depurar el organismo de ácidos corrosivos y tóxicos es fundamental, pues dichos ácidos corrosivos, en el caso que estamos viendo, son los que dañan la capa aislante de mielina que recubre los nervios, pudiendo causar por ejemplo, esclerosis múltiple, o esclerosis lateral amiotrófica, factores de riesgo de parálisis; si estos ácidos dañan las células del cerebro o base del cerebro dará lugar a Alzheimer o Parkinson, etc. y como lo he señalado son los que provocan fragilidad capilar que derivan en derrames, lesión y posterior parálisis. 

En caso de parálisis se debe reducir la inflamación a través de un complejo multienzimático, especialmente enzimas proteolíticas, uso de antioxidantes antiinflamatorios tales como Vitis vinífera, vitamina C, bioflavonoides, ácidos grasos, etc., que promuevan la acción de las prostaglandinas antiinflamatorias, se debe además favorecer la curación y función de los nervios afectados, protegiendo del daño a las vainas de mielina con colina e inositol; incorporar vitaminas B, lecitina y ácidos grasos esenciales; combatir el estrés y restaurar el equilibrio ácido base normal.

TRATAMIENTO DE LAS PARÁLISIS

El tratamiento de las parálisis está enfocado en mejorar la movilidad del paciente, prevenir y tratar las deformaciones y el dolor asociado, así como mejorar su autonomía y posibilidades de comunicación.

TRASTORNOS ASOCIADOS

Los posibles trastornos asociados de parálisis cerebral tal como deficiencias sensoriales, epilepsia, trastornos de la alimentación, trastornos respiratorios, trastornos del sueño, retraso en el crecimiento, retraso mental y problemas de aprendizaje, deben ser considerados y tratados adecuadamente sin drogas ni productos químicos. Estos trastornos tienen una buena respuesta con los tratamientos naturales proporcionados a través de la Medicina Biológico - Naturista. 

PRONÓSTICO

La esperanza de vida de un paciente con parálisis depende de la intensidad y gravedad de la lesión y de los trastornos asociados y la prematuridad con que se inicie el tratamiento. La familia y los servicios terapéuticos y educacionales son vitales en la evolución del paciente.




LA MEJOR CURA ES LA PREVENCIÓN






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