ENTREVISTA
SALVADO
DE UNA DIÁLISIS Y LA AMPUTACIÓN DE SU PIERNA
Por Paulina Pizarro Osses
Carlos Montes e Isabel Valdivia
llevan 46 años de matrimonio. Les costó atravesar una crisis que casi amenaza la
vida de Carlos. Sufrieron mucho y tuvieron que tomar una decisión que le salvó
la vida. Hoy siguen juntos y su historia está destinada a llenar de esperanza a
muchos más.
El
diagnóstico
Hace 30 años le
diagnosticaron diabetes. En ese tiempo, su alimentación era como la del chileno
promedio y harto pan. En ese momento el médico inmediatamente le dijo que debía
cambiar su alimentación, algo que Carlos no compartía, especialmente el hecho
de dejar de comer pan. Pero gracias a la constancia de Isabel, quien tiene
mucho que ver en el resultado de esta historia, Carlos comenzó a alimentarse
mejor. “Me costó un poco, pero lo logré” asegura Isabel.
Durante todos los años que
ha vivido con diabetes, Carlos comenzó a manifestar otras enfermedades producto
de la misma diabetes; hipertensión, se
le taparon las arterias de las piernas (que fue lo que más le afectó) y la carótida, e insuficiencia renal. La
diabetes deterioró sus órganos en gran cantidad. También ha tenido que tomar
muchos medicamentos, aparte de la insulina, como aspirina, Losartán, Nifedipino
y Artesol.
El
deterioro
Hace un año, Carlos se
deterioró completamente. No podía caminar más de una cuadra. Le hicieron todos
los exámenes correspondientes y en enero
de ese año, lo desahuciaron en el hospital San José. Le iban a cortar la pierna
y lo iban a dializar, porque ya no había otra solución. Cuando Isabel le
preguntó al doctor si con eso se iba a mejorar, el doctor le dijo que no, que
solo era para alargarle la vida. “hay que cortarle la pierna y esperar un
infarto”, fueron las palabras del médico. En ese momento, Isabel le
dijo que prefería no alargarle la visa a su marido si iba a tener que sufrir
hasta el día de su muerte. El día de la diálisis, Isabel y Carlos tomaron la decisión
que les cambió la vida, lloraron abrazados, le mintieron a la enfermera y
huyeron.
Por esas cosas de la vida,
en un kiosco, Isabel vio un ejemplar de El Guardián de la Salud. El titular le
llamó la atención, pues decía “Como
curar la diabetes en 25 días”. Compró el periódico e inmediatamente llamó
por teléfono para pedir una hora con don Jaime
Pacheco, iridólogo y naturópata. El 6 de enero de este año fueron por
primera vez a su consulta.
El
tratamiento
Don Jaime revisó a Carlos y
les dijo que se habían demorado mucho en llegar, pero que haría todo lo posible
por recuperarlo. “Me dijo que quizás no lo podría mejorar, pero iba a intentar sacarlo de
la crisis en la que estaba”, cuanta la señora Isabel. Desde entonces,
dejaron todos los medicamentos alópatas y empezaron el tratamiento 100% natural.
La insulina es lo único que no han podido dejar por el momento, aunque la dosis
es mucho menor.
(Al ser consultado) Jaime Pacheco, el iridólogo (Naturópata con Registro Profesional en la Superintendencia de Salud) que los trató, enumera los componentes más importantes del tratamiento: complejo
de vitaminas B, vitamina C, Lecitina y Germen de trigo (Tocoferol). También oligoelementos
(cromo, zinc, magnesio y manganeso) para restablecer la función del páncreas.
“Debido a que la diabetes afecta
la función cutánea, las cataplasmas de barro en la zona abdominal son muy
efectivas para la circulación de la sangre.
También es importante un hipoglucemiante natural (como el extracto de Copalchi) ya que uno químico no ayuda al páncreas a producir su propia insulina.
Además, para prevenir la degeneración hepática, se debe usar diente de león” (Taraxacum officinalis) afirma don Jaime.
También es importante un hipoglucemiante natural (como el extracto de Copalchi) ya que uno químico no ayuda al páncreas a producir su propia insulina.
Además, para prevenir la degeneración hepática, se debe usar diente de león” (Taraxacum officinalis) afirma don Jaime.
La Sra. Isabel le aplicó cataplasmas de barro diariamente a su
esposo, desde que comenzó el tratamiento hasta el día de hoy. Uno de los
componentes infaltables en el éxito del proceso de sanación es la confianza y
credibilidad en el terapeuta, la constancia del paciente con el tratamiento y
la compañía de los seres queridos en el proceso.
Aparte del tratamiento, la alimentación es primordial. A diferencia
de la mayoría de los tratamientos médicos para perder peso, el consumo de
alimentos light o diet en la verdadera dieta sana no
tienen cabida. Su dieta está basada en el consumo de frutas (moderadamente) y vegetales crudos.
Isabel, sabiamente, está siguiendo la misma dieta que su esposo, como
consecuencia, ha bajado de peso y ha regularizado sus índices de colesterol.
“Nosotros comenzamos un
cambio de dieta, primero con el doctor, y ahora seguimos la otra, la
verdaderamente natural. Al desayuno, tomamos aguas de yerbas (rosa mosqueta),
jugo de ciruelas con linaza o jugo de naranja con chia, comemos fruta en
la mañana con áloe vera.
Al almuerzo, consumimos hartas ensaladas verdes, berro, apio, (porque necesita mucha fibra) huevo duro, quesillo, sopa de verduras, pavo pescado, cochayuyo, etc. En la tarde, tomamos té, puedo hacer tomate, lechuga, pechuga de pavo cocida, quesillo, etc. No comemos tarde en la noche, solo una fruta como a las 20:30 o 21:00, eso es lo último que comemos” cuenta la señora Isabel.
Al almuerzo, consumimos hartas ensaladas verdes, berro, apio, (porque necesita mucha fibra) huevo duro, quesillo, sopa de verduras, pavo pescado, cochayuyo, etc. En la tarde, tomamos té, puedo hacer tomate, lechuga, pechuga de pavo cocida, quesillo, etc. No comemos tarde en la noche, solo una fruta como a las 20:30 o 21:00, eso es lo último que comemos” cuenta la señora Isabel.
Para un diabético, la dieta
debe ser (moderada) en carbohidratos complejos como avena y arroz integral, baja en
grasa y alta en fibra, ya que eso reduce las subidas de azúcar sanguínea. Las frutas (moderadas) los vegetales crudos y los zumos frescos de verduras reducen la necesidad de
insulina y bajan el nivel de grasa sanguínea. Se debe evitar la sal y la harina
blanca en todas sus formas, pues elevan el nivel del azúcar sanguíneo.
La
mejoría
Tuvieron que ser pacientes y
persistir a pesar de no ver resultados de inmediato.
A los dos meses de seguir el tratamiento, Carlos se hizo exámenes de nuevo y los llevó al médico. El resultado fue impresionante: 70% de mejoría.
El doctor que había apostado por la amputación de la pierna lo revisó de nuevo, y para su sorpresa, Carlos estaba mucho mejor. Isabel le comentó el tratamiento que estaban siguiendo y el médico no tuvo otra cosa que hacer que decirle que siguiera haciéndolo porque estaba dando excelentes resultados.
A los dos meses de seguir el tratamiento, Carlos se hizo exámenes de nuevo y los llevó al médico. El resultado fue impresionante: 70% de mejoría.
El doctor que había apostado por la amputación de la pierna lo revisó de nuevo, y para su sorpresa, Carlos estaba mucho mejor. Isabel le comentó el tratamiento que estaban siguiendo y el médico no tuvo otra cosa que hacer que decirle que siguiera haciéndolo porque estaba dando excelentes resultados.
El 13 de septiembre se realizó nuevos exámenes y arrojaron un 80% de mejoría.
A los tres meses de empezar
el tratamiento, Carlos sintió una mejoría inmensa. Antes, cuando caminaba,
llegaba a la esquina de su casa y no podía seguir. En la noche lloraba de
dolor, y ninguno de los dos podía dormir. Ahora caminar no es un problema, ya
no hay dolor ni molestia y el dormir volvió a ser sinónimo de descanso.
“Me siento mucho mejor, la gente se da cuenta por el semblante. Estoy agradecido de don Jaime y todo lo que me ha dado”, cuenta Carlos. “No creía en la medicina natural. Mi señora comenzó con esto. Yo no tenía idea de las causas de la diabetes. Siempre creí que era hereditaria y ahora sé que no es así”, dice.
“Me siento mucho mejor, la gente se da cuenta por el semblante. Estoy agradecido de don Jaime y todo lo que me ha dado”, cuenta Carlos. “No creía en la medicina natural. Mi señora comenzó con esto. Yo no tenía idea de las causas de la diabetes. Siempre creí que era hereditaria y ahora sé que no es así”, dice.
Carlos e Isabel quisieron
entregar este testimonio porque han visto los avances abrumadores que se pueden
lograr con un tratamiento 100% natural. “Para nosotros fue como que el Señor nos
iluminó, llegamos a la medicina natural y nunca la vamos a dejar”,
cuenta Isabel.
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