sábado, 3 de diciembre de 2016




RIESGOS DEL SOBREPESO Y OBESIDAD




El sobrepeso, común en muchas personas, puede derivar en obesidad, enfermedad crónica cuya prevalencia no ha dejado de aumentar. Existen tres tipos de obesidad: androide (en forma de manzana), ginoide (en forma de pera) y generalizada. Las tres suponen importantes riesgos de desarrollar patología cardiovascular, diabetes mellitus 2, alteraciones de la vesícula biliar, elevación de la tensión arterial, dislipidemias y algunos procesos oncológicos (cáncer).

La obesidad obliga a trabajar más al corazón, sobrecarga que afecta la función cardiaca (arritmias). El obeso por su perfil lipídico está más expuesto a la aterosclerosis e hipertensión arterial.

Las enfermedades de la vesícula biliar aumentan con la obesidad pues favorece la precipitación de colesterol y la formación de cálculos biliares.

La prevalencia de la gota es mayor en personas obesas. La obesidad provoca resistencia a la insulina, hiperinsulinemia, disminuye los niveles de testosterona en los varones, ciclos irregulares en la mujer y anticipación de la menopausia. El oscurecimiento de los pliegues cutáneos del cuello (acantosis nigricans) los codos y los espacios interfalángicos dorsales son consecuencias de la obesidad. El riesgo de cáncer de endometrio y de mama postmenopáusicos en la mujer y cáncer de próstata en el varón y colorrectal en ambos sexos están relacionados con la obesidad.

PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES

El enfoque del tratamiento del sobrepeso y la obesidad debe ser la prevención de las enfermedades mencionadas, que con ejercicio físico adaptado, vitaminas, oligoelementos y minerales, incorporación de fibra y desintoxicación del organismo podremos evitarlas.

CAUSAS

La obesidad o exceso de tejido adiposo o graso, puede producirse por factores genéticos, estilos de vida, sedentarismo o la ingestión de más energía de la necesaria a través de los alimentos (grasas, hidratos de carbono, proteínas y alcohol). Cuando la cantidad alimentaria ingerida proporciona más energía de la necesaria, el exceso se acumula en el organismo en forma de grasa. Entre las causas debemos mencionar también la acumulación de toxinas en tejidos internos de nuestro cuerpo almacenados como grasa intraabdominal.

DEFINICIÓN DE OBESIDAD

La obesidad se define tradicionalmente como un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 kg/m2 y el sobrepeso como un IMC de 25 a 30 kg/m2.

PESO SALUDABLE

Para calcular el peso saludable debe determinarse el índice de masa corporal (IMC), que resulta de dividir el peso expresado en kilogramos por la altura expresada en metros y elevada al cuadrado.
Un rango de peso saludable varía entre 20 y 25 para los hombres y mujeres de edades comprendidas entre 25 y 60 años. A medida que se sobrepasa el límite 25 se considera que hay sobrepeso y obesidad.
Otro método que mide el IMC es el normograma.

SOBREPESO Y RIESGOS PARA LA SALUD

Para determinar el peso recomendable en relación a nuestra altura debemos conocer nuestra constitución o complexión midiendo el perímetro de la muñeca. (El resultado de dividir tu altura (en centímetros) por la circunferencia de tu muñeca en centímetros determina tu complexión, vale decir, si tu constitución es pequeña, mediana o grande). Tanto las tablas de IMC como las de peso – altura permiten determinar el rango saludable de peso y saber anticipadamente los probables riesgos para la salud, el gasto y las necesidades energéticas.

OBESIDAD Y PATOLOGÍAS ASOCIADAS

Muchos obesos lo son secundariamente a otra enfermedad (que debe ser tratada) o a la administración de fármacos.

FACTORES QUE PREDISPONEN LA OBESIDAD

La deficiencia de la hormona del crecimiento, el exceso de hormonas suprarrenales, los ovarios poliquísticos, el hiperinsulinismo, el hipotiroidismo, fármacos como corticoides, antidepresivos, hipotensores y antiepilépticos, además de situaciones emocionales concretas, son factores predisponentes de obesidad patológica que deben ser tratados adecuadamente.

LA ALTERACIÓN DEL BALANCE ENERGÉTICO

El desequilibrio del balance energético se produce cuando la energía que se incorpora en forma de macronutrientes con la dieta supera las necesidades. Cuando la ingesta es mayor que el gasto energético, el exceso no es eliminado, sino que se almacena en el tejido adiposo en forma de grasa. Este proceso sostenido a lo largo del tiempo desemboca en sobrepeso y obesidad. Los componentes del balance energético son el metabolismo basal, la actividad física y la termogénesis postprandial. La suma de estos tres factores constituye el gasto energético del organismo, que debe ser igual a la energía aportada por los macronutrientes.

En el reequilibrio del balance energético debemos considerar los centros reguladores de la ingesta de alimentos del hipotálamo que controlan el hambre y la saciedad, pues cuando las células hipotalámicas son alteradas, las señales extracelulares (información en la sangre de aminoácidos y glucosa) no son percibidos a nivel de la membrana celular afectándose su función.

TRATAMIENTO DE ADELGAZAMIENTO

BASES DEL TRATAMIENTO

El tratamiento siempre debe ser supervisado por un médico especialista. El adelgazamiento debe ser un proceso lento, salvo en situaciones muy especiales (peligro de la vida). La dieta no debe ser excesivamente hipocalórica y debe contener el 60% de las necesidades energéticas del paciente y nunca menos de 1200 kcal, que es el mínimo aporte energético. Esta recomendación evita la pérdida indeseable de músculo y vísceras que se produce en dietas muy hipocalóricas. 

La dieta hipocalórica debe ser variada, no monótona. Debe contener todos los nutrientes y todos los grupos de alimentos (proteínas, hidratos de carbono, grasa, fibra, vitaminas B, C, A, y D, calcio, hierro, zinc y magnesio). Es imprescindible la presencia de carbohidratos complejos (cereales, papas, legumbres, pero solamente 100 gramos al día) pues la falta de éstos causa una pérdida de peso acelerada y una disminución de la tasa metabólica, además un periodo corto del mantenimiento del peso conseguido y una rápida recuperación al ingerir los carbohidratos suprimidos de la alimentación. 

Es importante adquirir buenos hábitos alimenticios. Ejemplos de malos hábitos son comer grandes cantidades de grasas saturadas, comer sin hambre, muchos dulces y postres, pocas frutas y verduras y no hacer ejercicio. Los buenos hábitos previenen enfermedades. La práctica de una actividad física adecuada considerando la edad, sexo y magnitud de la obesidad es imprescindible como complemento del régimen de adelgazamiento. Es importante destacar que el concepto de adelgazar es eliminar grasa (tejido adiposo).

DISTRIBUCIÓN DE LOS NUTRIENTES

La distribución de los nutrientes en una dieta de 1200 a 1500 kcal., debe contener un 45 – 50 % de carbohidratos, 25 – 20 % de proteínas y un 30% de grasas saludables.

La disminución de la ingesta debe ser apoyada con aminoácidos, homeopatía y fitoterápicos (uso exclusivo de anorexígenos, ansiolíticos e inhibidores naturales no químicos) aumentando el metabolismo celular.

NUTRICIÓN ORTOMOLECULAR

-    Aminoácidos naturales: L- arginina, L- ornitina, L – lisina, L – carnitina, L –glutamina, L – fenilalanina y L tirosina.
-      Calcio
-      Complejo de vitaminas B
-      Complejo multivitamínico natural
-      Espirulina
-      Fibra alimentaria
-      Lecitina granulada
-      Omega 3
-      Picolinato de cromo
-      Plantago (laxante suave)
-      Vitamina C con bioflavonoides
-      Zinc


RECUERDE: LA MEJOR CURA ES LA PREVENCIÓN

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