COMO SUPERAR LA DIABETES
La diabetes se puede
clasificar básicamente en dos clases: diabetes mellitus y diabetes insípida.
La causa de la diabetes
mellitus es un defecto en la producción de insulina por parte del páncreas.
Sin insulina el organismo no puede utilizar la glucosa, su principal fuente de
energía, la cual circulará libremente por la sangre en un alto nivel impedida
de ser absorbida debidamente por los tejidos.
La diabetes expresada de manera muy simple se entiende
como un exceso de azúcar en la sangre. Nuestra fuerza física la debemos a la
glucosa, (azúcar sanguíneo), que debidamente transformada se convierte en el
principio energético de los músculos. La glucosa procede de los alimentos ricos
en hidratos de carbono, como el almidón y los azúcares, y se almacena en el
hígado, el cual la cede continuamente a la sangre en la medida que el organismo
la necesita. En esta función interviene el páncreas mediante la insulina.
Cuando la insulina falta o escasea se produce y plantea la diabetes.
La diabetes es una enfermedad crónica del metabolismo
de los carbohidratos. Si esta enfermedad no es tratada adecuadamente con el
tiempo aumentará el riesgo de sufrir enfermedades renales, aterosclerosis, degeneración
del hígado, neuropatías, retinopatías, ceguera, infecciones tales como
candidiasis, problemas en el embarazo, etc..
DIETA Y DIABETES (somos lo que comemos)
Esta es una de las enfermedades que más se
interrelacionan con la dieta, pues se cree que el origen de muchos casos se
debe a una dieta rica en alimentos refinados y procesados, pobre en
carbohidratos complejos y fibra. El sobrepeso es un alto factor de riesgo de
sufrir diabetes.
LOS SÍNTOMAS
Los síntomas suelen ser la sed constante, mareos,
peculiar sabor de boca, orina abundante y cargada de glucosa, adelgazamiento y pérdida
de fuerzas. El pronóstico de un exceso de azúcar en la sangre, que por lo
general provoca irregularidades en la presión arterial, no significa que el
paciente se ha convertido en un diabético sin solución.
TRATAMIENTO
El primer paso es desintoxicar
la sangre, reforzar la función pancreática, el hígado y los riñones.
En todos los casos se debe tratar
la fiebre interna según el método de Manuel Lezaeta Acharán.
La acción de esta fiebre interna (propia de toda
patología crónica) es muy dañina pues desnutre
e intoxica al enfermo putrefactando la digestión y despojando a los
alimentos de sus propiedades nutricias convirtiéndolos en tóxicos que envenenan
luego la sangre.
Los baños de asiento son aconsejables en el
tratamiento de la fiebre interna y las cataplasmas de barro.
La alimentación debe controlarse desde el primer momento de conocido
el diagnóstico. La disciplina para
revertir esta enfermedad es muy importante, pues de lo contrario el
empeoramiento es casi inevitable.
La
voluntad en el paciente diabético debe ser su aliado imprescindible.
Para estimular la producción de insulina y normalizar el
nivel del azúcar sanguíneo son útiles el arándano, el maitake y el yacón.
(Los Hipoglicemiantes químicos orales con el tiempo pueden atrofiar la función del
páncreas)
Para aumentar la
eficacia de la insulina es imprescindible el picolinato de cromo
Para mejorar el metabolismo
de la glucosa, la circulación y prevenir la aterosclerosis debemos usar las
vitaminas del complejo B. En la prevención de los problemas vasculares y
circulatorios, son eficaces la vitamina C y el germen de trigo prensado en frío.
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