El iris es un órgano reflejo y actúa como una pantalla de proyección del cuerpo, pues cada órgano y su condición son reflejados en un punto exacto del iris, lo cual permite una lectura adecuada para establecer un control de la salud. Esto es posible gracias a las cartografías o mapas del iris que se han confeccionado desde los días del Dr. Von Peczely, quien redescubrió la Iridología.
Además de evaluar el estado de salud,
el análisis detallado del iris – en directo o la ampliación fotográfica – ponen
de manifiesto la predisposición individual de cada persona a ciertas
enfermedades, que se asocian con factores genéticos, ambientales o emocionales.
La Iridología
se distingue de otros métodos tradicionales de diagnóstico por su capacidad de
descubrir los puntos débiles orgánicos, incluso antes de que la aparición del
desequilibrio o alteración de la salud se manifieste.
En el diagnóstico iridológico
el tono de las fibras que componen el tejido iridal nos da una impresión
general del estado de salud.
Signos
tales como manchas, depósitos, baches, huecos o decoloraciones, radialidad o
aberración de las fibras del iris, etc., actúan como verdaderos indicadores de
posibles deficiencias y enfermedades.
Por ejemplo,
un iris bicolor nos plantea una posible propensión a la diabetes. Un parche
blanco nos indicará un proceso de envejecimiento prematuro, o incluso una
tendencia a la aterosclerosis, fibras pigmentadas y/o destruidas en la zona
cardíaca nos indicará una afectación del corazón, etc.
Esta lectura es posible gracias a la cartografía del
iris que considera que el ojo es un verdadero
mapa del cuerpo, donde cada zona corporal y órganos están representados en un área
definida y exacta.
La ubicación de un signo particular en un área
específica indica que parte del cuerpo o zonas podrían verse afectados.
La Iridología identifica tres perfiles principales de
debilidades constitucionales basadas en el color de
los ojos:
La constitución linfática
(ojos azules o grises) presenta una tendencia o predisposición (diátesis) a una
fragilidad del sistema inmunológico, por
lo que la predisposición será a alergias, asma, eccema, dolores de cabeza,
infecciones del tracto respiratorio superior, artritis y otros.
La constitución hematógena o sanguínea
(ojos castaños o marrones) presentan sensibilidad a los trastornos
circulatorios, el hígado y biliares, anemia, diabetes, espasmos digestivos
nerviosos y otros.
La constitución biliar / mixta
(ojos azules/verdes marrones) presentan alergia, problemas al hígado y aparato
digestivo, sistema urinario, anormalidades de la glucosa en sangre y el
metabolismo del calcio, entre otros.
El Dr. Bernard Jensen
ha sido el más claro pensador y exponente de esta disciplina, arte y ciencia.
La escuela de Jensen incorpora profundos
conceptos de naturopatía y de nutrición a la ciencia iridológica.
El Iridólogo en sus tratamientos, de acuerdo a su formación académica, prescribe
a sus pacientes suplementos alimenticios, dietoterapias, fitomedicamentos,
homeopatía, hidroterapia, ejercicios, etc. Pero su principal énfasis está en la
nutrición celular activa o nutrición ortomolecular, respaldando de manera
científica la máxima Hipocrática que dice:
“Que
tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento.”
La Iridología trata todo tipo de patologías en forma
holística (integral) usando solamente métodos
naturales, sin drogas ni químicos, asegurando de este modo la recuperación real de la salud perdida.
Estimado lector
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de forma holística (integral) a través de la medicina biológico –
naturista y sus recursos naturales, póngase en contacto con:
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